Gerald “glreno” Reno Jr., desde Estados Unidos, debuta en la escena Atari 8-bits con «Aqordl», un juego de rompecabezas de palabras que combina el desafío de acertar letras con un inesperado toque de humor: un robot danzante que celebra, lamenta o salta según tus resultados.
Inspirado en el fenómeno «Wordle» y en sus variantes más complejas como «Dordle» y «Quordle», Reno quiso ir más allá y proponer un reto de cuatro palabras simultáneas, algo inédito en el catálogo de este sistema. Su motivación fue doble: aportar una versión «Quordle» para Atari —ausente hasta ahora— y cumplir un viejo deseo personal de crear un diccionario propio.
La mecánica es sencilla para quien haya jugado antes a títulos similares: introduces una palabra y las letras se colorean para indicar aciertos. El verde señala posición y letra correctas; el amarillo, letra correcta en ubicación incorrecta. La diferencia es que aquí cada intento cuenta para resolver cuatro palabras a la vez, multiplicando la estrategia necesaria para optimizar cada jugada.
«Aqordl» se desarrolló con el compilador cruzado cc65 y ofrece tres versiones. Los formatos .xex y .atr requieren un Atari 130XE con 128K de RAM, aprovechando la memoria conmutada para almacenar el diccionario y las animaciones, sin compatibilidad con RAM disks. Existe también una versión en cartucho de 64 KB, con conmutación de bancos XEGS (tipo 13), que debería funcionar en cualquier Atari con al menos 16K de memoria —aunque el autor solo la ha probado en emulación; y una edición de solo texto que cabe en 8 KB, dirigida a entusiastas capaces de grabar su propio cartucho y probarlo en hardware como los Atari 400 de 8 KB.
Al iniciar, el juego selecciona automáticamente el diccionario según el sistema: inglés estadounidense para NTSC y británico para PAL. Además, permite cambiar la paleta con una tecla numérica, desde esquemas de alto contraste hasta combinaciones pensadas para televisores en blanco y negro. Para curiosos y desarrolladores, el comando “PLEASE” da acceso a funciones de depuración y animaciones especiales, incluyendo el baile de victoria del robot.
Sobre la inclusión de este personaje, Reno lo resume con un simple “¿por qué no?”. Inspirado en los rivales animados de muchos juegos de puzles noventeros, optó por un diseño que coincidía con sus habilidades artísticas y recibió sugerencias de su hija para añadir saltos y bailes. El resultado es un título que no solo pone a prueba el vocabulario y la lógica, sino que aporta un toque de simpatía y personalidad a un género que rara vez se ve en el Atari 8-bits.
